Hace casi una semana desde que terminó el crowdfunding. Parece que haya pasado un mes. Ha sido una época tan intensa, extraña, experimental y emocionante, que ahora me siento… libre. Libre por no tener que estar en constante contacto con las redes sociales, por no tener que preocuparme de si llegaré al objetivo (por suerte llegué), porque, ahora sí, puedo decir que mi libro se publicará, y no depende de nada más que de mí mismo.
La gente me pregunta qué me ha parecido la odisea, cómo me siento, y cuál es mi valoración final. Ahora que ha pasado casi una semana desde su finalización, y dispongo una mentalidad para abrirme y dar rienda suelta a mis pensamiento y emociones, trataré de dar una respuesta: ha sido, sin lugar a dudas, una experiencia sin igual.
Lo primero que debo aclarar es que, gracias a esto, se publicará mi primer libro. Con esto quiero decir que, no importa cómo haya sido el camino: el destino lo merece. Y no solo se publicará, sino que va a llegar a mucha gente, que quizá la mayoría no lo lea, pero al menos lo tendrán. No todos los escritores pueden decir lo mismo nada más sacar su primer libro a la calle. Además, con el dinero recaudado con esto, imprimiré más ejemplares para distribuirlos a librerías y bibliotecas, hacer presentaciones, etc. El Crowdfunding consiste en buscarte la vida para todo, por algo se llama a esto autopublicación, pero es una experiencia muy enriquecedora. Aún me espera una buena aventura por delante, con vistas a los meses venideros.
Aparte de los resultados que este Crowdfunding vaya a otorgar, también la campaña ha sido una experiencia curiosa y diferente. Una experiencia de la que aprendido mucho, y que me ha otorgado también resultados positivos en la personalidad. El mayor logro alcanzado con esta campaña, ha sido la percepción de sentirme por fin escritor. Sé que sonará extraño, pero hasta ahora nunca me había sentido así. Llevo trabajando en este proyecto durante más de cuatro años, pero no era un escritor, no tenía aún un libro que mostrar. Todo estaba dentro de mi cabeza y de un ordenador. Eso y nada era lo mismo.
Después de tanto insistir a toda la gente que me conoce (y que no me conoce) de que tengo un libro, que lo estoy publicando, y necesito de su ayuda para conseguirlo, siento que todos me toman en serio en esto. Va a materializarse. Llevaba tanto tiempo queriendo conseguir algo así, que me cuesta asimilarlo. Tras este largo mes, me siento como alguien que ha creado algo de lo que puede sentirse orgulloso. Algo conseguido a raíz de un gran esfuerzo, que compartiré con el resto del mundo. Es una sensación emocionante, y hasta este último mes no sabía que lo lograría.
Sin embargo, una experiencia tan enriquecedora desde un punto de vista personal y profesional, no puede ser color de rosa. Ha sido una época muy dura, en que he llevado a cabo tareas incómodas, como grabarme frente a una cámara y subirlo a las redes sociales, o insistir a la gente para que paguen por algo que quizá no les interese… Ha sido poco placentero en muchas ocasiones, aunque por suerte la mayoría de la gente se ha mostrado muy comprensiva y con deseos de ayudar, y me he sorprendido con la cantidad de apoyo recibido.
Cometí varios errores de peso al iniciar la campaña, los cuales explicamos mi hermana (quien me ha acompañado en todo este proceso) y yo en el último podcast que subimos, detalles que han hecho que en numerosas ocasiones no viera posible que esto terminara con éxito. La tensión era palpable. Pero he recibido más apoyo del que pensé que conseguiría, estoy muy agradecido de tener tanta gente apoyándome a mi alrededor. Con esta experiencia he comprendido lo importante que es el apoyo de la gente que se preocupa por ti.
Sin duda la tarea más ardua y de la que más he aprendido durante esta emocionante campaña, ha sido la de vender mi obra. ¿Qué tiene de especial, y por qué la gente debería apoyarla? Yo no soy una persona con gran confianza en sí misma, por lo que siempre he tenido dudas con respecto a mi creación. No por su calidad, sino por la recepción que tendrá entre la gente. Sobre todo, entre los que no son tan afines a este tipo de literatura. Es una obra muy personal, y aunque está muy trabajada y creo que gustará a la gente que le dé una oportunidad, no tengo claro que pueda ser atractiva para cualquier persona. ¿Cómo podía entonces vender algo a gente que no me conoce de nada, si ni siquiera tenía una confianza plena en que tendría el recibimiento deseado? De alguna manera, la idea y su propuesta han cuajado entre mucha gente, y eso me ha sorprendido.
Además, viendo la recepción general, en particular de ciertas personas que han leído parte de la obra, algunos de bastante nombre, también mi confianza ha aumentado considerablemente. Eso es un logro muy importante también, pues de cara al futuro voy a necesitar toda la confianza posible, para cuando haga las presentaciones previstas, y hable de las bondades de la novela y lo que puede suponer. En una situación normal, la idea de llevar a cabo esas presentaciones me aterraría. Sin embargo, después de esta experiencia, creo que puedo con todo cuanto me proponga. Supongo que ese es otro de los logros conseguidos con esta campaña.
No puedo finalizar esta reflexión sin hablar de mi experiencia en las redes sociales. Jamás me he desenvuelto demasiado bien en sociedad, muchos menos en las redes sociales. Lo admito: no soy la persona más abierta y extrovertida que existe. Facebook lo utilizaba para mirarlo por las noticias y chistes de turno, Instagram lo tenía de adorno, y de Twitter conocía su logo y poco más. Partiendo de una base así, parecía impensable conseguir seguidores y personas interesadas en el proyecto. Aunque parezca ilógico, para mí fue mucho más duro ahondar en las redes sociales que, por ejemplo, escribir los artículos que he publicado estos meses en mi página web. Ha sido un auténtico reto grabarme, hacerme fotos, actualizar mi estado… Entiendo que es algo necesario para el buen desarrollo de una campaña de Crowdfunding, pero ha sido una tarea agotadora.
No obstante, como se suele decir: de la experiencia se aprende. De esta gran y particular experiencia he aprendido mucho. Y terminarla con éxito ha sido una sensación increíble, sobre todo por la emoción mantenida hasta el final. Ha sido intenso, pero la valoración definitiva, es que ha merecido la pena.
Ahora la pregunta clave: ¿lo recomendaría a otros escritores que no saben cómo publicar su libro? Mi respuesta es que sí, aunque debo advertir que toma mucho trabajo, y que hay que ser consciente de que uno debe hacerlo todo por su cuenta: buscar un editor (recordad: EDITAD LA OBRA CON ESMERO, antes del crowdfunding, es un trabajo de meses en que el escritor debe estar involucrado), una imprenta, un maquetador, ocuparse de los temas legales, distribuir y comercializar el libro, etc. Aparte, por supuesto, de la campaña de Crowdfunding en sí, que es una tarea titánica. No va a ser un camino de rosas.
Un consejo importante: plantead un objetivo modesto, por el bien de vuestro estado mental (contad con que tendréis que pagar después cosas por vosotros mismos), y comenzar la campaña con un número de seguidores y un manejo de las redes sociales considerable. Que la gente te conozca de antes hace mucho. Yo he comprobado en mis carnes que, si no te conocen de nada, es muy duro que den un céntimo por ti. Supongo que era algo obvio, aunque no he sido consciente de ello hasta ahora.
El Crowdfunding es una experiencia enriquecedora que volvería a repetir en el futuro, sabiendo qué hacer y qué no hacer, y sabiendo a qué enfrentarse. Porque es uno de esos retos que, de lograrlos, te hacen sentir que has evolucionado como persona y como escritor.